Artículo: “Cuando les fallas a los demás, te fallas a ti mismo”

Por: Becky Krinsky de Recetas para la vida©

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Qué fácil es decir “lo siento”, “no fue mi intención”, “yo trate pero no pude quedar bien contigo”. Tristemente quedar mal, no cumplir o defraudar a la persona, el trabajo o la relación que había confiado en la persona, resulta ser mucho más peligroso de lo que se puede imaginar. ¿Por qué? Simplemente porque cada vez que no se cumple, el mensaje de incompetencia, de falta de compromiso y de debilidad se fortalece y se reafirma.

La vida es una suma de pequeños logros o incumplimientos. De acciones minúsculas y de toma de decisiones acertadas o equivocadas, las cuales se acumulan y multiplican, conduciendo y formando el carácter y el auto estima de cada persona. De hecho, llega un momento donde cada quien se enfrenta a sí mismo, se mira al espejo, y encuentra que el reflejo de si mismo puede ser un rostro de plenitud, satisfacción y tranquilidad. O por lo contrario, una cara de vergüenza, incompetencia, reproche, o simplemente una simple imagen ajena. Una negación total. No importa le falló a un vecino, a un empleo o a alguien que realmente aprecia, el daño más que al otro, se lo hace a sí mismo.

Javier no encuentra trabajo, no se lleva bien con su mujer, no tiene muchos amigos, y ni hablar, no tiene buena relación con su familia. ¿Coincidencia? ¡Por supuesto que no! Nadie es más responsable que el de su situación.

Perdonar

Javier nunca intento llegar a este punto sin salida. El es una buena persona que tiene un gran corazón. Desafortunadamente, ha tomado malas decisiones las cuales lo acosan y los hunden.

El no cumplir con un pequeño compromiso, el dejar palabras sin aclarar, el proteger a las personas del dolor y dejar de enfrentar los problemas, definitivamente han hecho que este buen hombre haya perdido su brillo, su equilibrio y, lo más importante, la confianza en sí mismo.

No se trata de culpar o de justificar la falta de responsabilidad. Tampoco se trata de negar que Javier haya tenido que enfrentar muchas pruebas difíciles. Sin embargo, lejos de superarlas, cada vez se esconde más, se cierra y se encierra en sí mismo.

No hay salidas fáciles. Mucho menos cuando las cosas se ven tan obscuras. Lo que si queda claro es que siempre hay manera de regresar, de reinventarse, de cambiar y de tomar un buen camino. Siempre.

Aceptar la realidad, pedir ayuda, y tomar una firme determinación de cambiar, suena más fácil de lo que realmente es. Pero sí lo es. Más vale llorar una vez, que sufrir para siempre. Si Javier no se quiere ayudar, nada ni nadie lo podrán ayudar.

La Receta
www.recetasparalavida.com

Ingredientes:

  • 1 racimo de conciencia y valor para ver las acciones y consecuencias
  • 1 poquito de arrepentimiento, toma de responsabilidad y crédito por lo hecho
  • 1 pieza de fortaleza y reparación, un plan concreto y específico
  • 3 gotas de humildad y compasión a las personas lastimadas
  • 1 caja de perdón a sí mismo con esperanza a recibir lo mismo de los demás
  • 2 cucharadas de reconciliación con acciones y pensamientos positivos

Precaución: A pesar de que uno se pueda sentir perdido y sin esperanza, hay que recordar que uno siempre puede volver y retomar su camino. SIEMPRE.

Modo de preparación:

  1. Nunca se debe de perder la fe y la esperanza. El que tiene confianza posee todo. El tener dudas no significa perder la fe, estas ayudan a conocer y a confrontar lo más profundo de uno mismo. Perder la fe no es una opción sana ni productiva.
  2. Hay que aprender a perdonarse a uno mismo. Ésta quizá es la acción más difícil y más dolorosa para cualquier persona, pero al final, es la única manera de solucionar y permitir reparar los errores para vivir con dignidad; la confianza se fortalece con la compasión y la liberación de los obstáculos personales.
  3. La confianza es un ingrediente importante que se siente y se refleja. Solo cuando uno se siente digno y valioso puede confiar en sí mismo y dejar que otros confíen en el. Es vital remover las barreras que niegan y reprimen la realidad, ya que ocasionan una desconexión con uno mismo, que crea distancia de la persona y el mundo, alejándola de la posibilidad de poder corregir y mejorar su carácter.

Aceptar y perdonarse no quiere decir que se aprueban las consecuencias de las malas decisiones. Simplemente quiere decir que se ha dado el primer paso para poder diluir el dolor y seguir el camino.

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