Artículo: Anatomía espiritual – Bajar para poder subir: Materialismo y Judaísmo

Subidas y Bajadas – Las dificultades del crecimiento (Parte III)

En los siguientes artículos propondremos un análisis de las dificultades que todo aquel que busca elevarse moral y espiritualmente debe vencer para lograr su objetivo. Apuntaremos cuáles factores nos llevan a la elevación y cuáles nos causan la conocida sensación de “vacío interior” y de apatía. Nuestro objetivo es dar al lector el conocimiento y las herramientas necesarias para lograr un crecimiento gradual, seguro y continuo, alertando acerca de los peligros que pueden aparecer en el camino.

Si usted quiere dedicar uno de los artículos de esta serie, o la serie completa, por la elevación del alma de un ser querido, no dudes contactarnos (centrokehila@gmail.com).

Rogamos la bendición de D´s para que nos ilumine al elegir las palabras correctas para que el mensaje sea claro y verdadero, para que las palabras que salen del corazón, entren al corazón. Que D´s nos proteja de cualquier error o equivocación. Sean las palabras de mi boca y la meditación de mi corazón aceptables ante Ti, Amén.

Bajar para poder subir: Materialismo y Judaísmo

Indudablemente la búsqueda de placeres físicos per se es la más pura manifestación de la fuerza material, o en otras palabras, del alma animal. La persona que vive por los placeres, en general carece de espiritualidad y abunda de egoísmo. Es interesante que todos los placeres de esta especiPhoto 30-01-06 09 45 59e son efímeros. Creo que esto deriva del hecho que la fuente de los mismos es el mundo material, llamado por la Kabala: “Alma de Shikra”, o sea, “Mundo de la Mentira (Ilusión)”.

 [Estamos acostumbrados a pensar que el mundo que vemos es realmente verdadero, no obstante tanto en términos científicos como filosóficos, lo contrario es verdadero. De la física moderna aprendemos que todo lo que existe es formado por átomos, que a su turno tienen núcleo y electroesfera. Sabemos que el núcleo, formado de protones y neutrones es muchísimo mayor que los electrones, sin embargo la electroesfera es muchísimo más grande que el núcleo. Los electrones circulan tan rápido en sus órbitas que dan la impresión de que la electroesfera es compacta (al igual que las palas de un ventilador, que al girar nos dan la impresión de formar un disco compacto), pero en realidad cada átomo es, casi en su totalidad, vacío. En otras palabras, todo lo que vemos es, de hecho, una ilusión.

Filosóficamente hablando, existen dos mundos paralelos: el mundo de las ideas, de los conceptos y el mundo concreto. Mientras que una idea o concepto son eternos e indestructibles, el mundo concreto está sujeto a la corrosión y a la erosión. Por ejemplo, el concepto de mesa puede existir en cualquier condición, mientras que la mesa concreta tiene su existencia limitada por innumerables factores. En términos filosóficos el mundo de las ideas es siempre verdadero, en oposición a nuestro mundo que no es más que la concretización temporal de los conceptos eternos. Podemos, concluir que este mundo es el mundo de la ilusión, como dice la Kabala, pues nos da la impresión de que es estable, cuando de hecPhoto 25-08-06 14 01 31ho la estabilidad es una propiedad del mundo conceptual y no del mundo concreto].

Como el propio mundo no es más que una ilusión, los placeres que emanan de él no pueden tener existencia superior a su fuente. Esto explica la sensación de vacío que uno siente poco tiempo después de experimentar inclusive el más intenso placer material.

Mientras el alma animal recibe su satisfacción, la bajada todavía no es perceptible. La fuerza material ocupa la mente y el deseo, empujándonos a llenar la sensación de vacío con un nuevo y más intenso placer. Sin embargo, este camino no lleva a la felicidad, todo lo contrario, lleva a una constante angustia, pues el vacío es más persistente que nuestra capacidad de llenarlo. En este momento sentimos la bajada. Tristemente, conocemos personas que experimentaron todos los placeres, que tienen de todo y asimismo son infelices.

El judaísmo no se opone a la satisfacción del alma animal, pues esta no es la causa de la bajada. La verdadera causa de la caída es la desconexión del alma divina. Esto es fácilmente constatado si comparamos, por ejemplo, la misma acción de comer en diferentes situaciones. Si comemos puramente por el placer que nos da la comida, este placer es efímero, pero si utilizamos la comida como medio para lograr la unión familiar, el placer de la comida puede durar por muchos años. Lo mismo sucede con todos los tipos de placeres físicos, es decir, si se quedan en el nivel egoísta, son efímeros y traen consigo la sensación de vacío. Por otro lado, si canalizamos los placeres físicos a una causa altruista o espiritual los mismos se intensifican y perduran, pues su fuente deja de ser puramente mundana y pasa a ser también espiritual.

 

Para el judaísmo, lo material es la materia prima para la elevación espiritual. Por medio de las Mitzvot prácticas, la Torá nos da la formula para vivir una vida plPhoto 26-06-12 09 44 27acentera y equilibrada, una vida en la cual espiritualidad y placeres físicos se mezclan, se combinan, elevando cuerpo y alma al unísono.

Sé que esto parece utópico, pero quien, aunque por una única vez, vivenció una cena de shabat con canciones y Divrei Tora (comentarios de Tora) al lado de una sabrosa comida sabe perfectamente a que me refiero. Invito a todos a vivirlo en sus casas, como dice David Hamelej “Prueben y vean que D´s es bueno” (Salmo 34). No pido que me crean, pruébenlo ustedes mismos. Adopten en sus vidas la fórmula mágica del judaísmo, y vean por sí mismos cómo el vacío gradualmente desaparece dando espacio y expresión a lo más noble, puro y sagrado que tenemos: la esencia de nuestro propio ser, magnífica, brillante, a imagen y semejanza de D´s.

 

 

Subir sin miedo de llegar a la cumbre: Altas y Bajas fiestas

Paradójicamente, tras momentos de mucha elevación es común sentir un “bajón” en el nivel espiritual. El día siguiente a Yom Kipur no es el día que el templo se llena más, sino que lo contrario, ¡es el día más difícil de juntar minyan! Por supuesto que el motivo de tal bajada no es el mismo que mencionamos anteriormente. Ayunar cerca de 25 horas, rezar todo el día, etc., no sPhoto 26-06-12 10 23 44on exactamente acciones que alimentan el alma animal o que sean de su agrado. Qué sucede, entonces, qué nos hace caer tan fuertemente en la apatía, justo después de tanta elevación?

Hace muchos años oí de mi Rosh Yeshiva, el Rav Lichtenshtein Shlita, una fabulosa explicación del primer encuentro de Moshe Rabeinu con D´s en el episodio de la zarza ardiente. La Torá nos cuenta que al ver la zarza arder sin consumirse, la primera reacción de Moshe fue acercarse, atraído por la curiosidad, para ver de cerca tan especial fenómeno. “Y dijo Moshe, me aproximaré para contemplar este gran espectáculo” (Shemot 3:3). Sin embargo, de repente Moshe cambia de actitud. “Y se cubrió Moshe su rostro, porque tuvo temor de mirar a D´s” (3:6). Que pasó de mientras que asustó tanto a Moshe? Leamos los versículos con atención:

“Un ángel del Eterno se le apareció en una llama de fuego, en medio de una zarza. Y miró y he aquí que la zarza ardía en el fuego, y la zarza no se consumía. Y dijo Moshe, me aproximaré para contemplar este gran espectáculo ¿por qué no se consume la zarza?». Y vio El Eterno que se desviaba para ver; y D´s lo llamó desde adentro de la zarza, diciendo: «Moshé, Moshé» y él respondió: «Heme aquí». Él dijo: «No te acerques más, quítate los zapatos de tus pies, pues el lugar sobre el que pisas es tierra santa». Y dijo: «Yo soy el D´s de tu padre, el D´s de Abraham, el D´s de Itzjak y el D´s de Iaacov». Y se cubrió Moshe su rostro, porque tuvo temor de mirar a D´s” (Shemot 3:3-6)

El camino rumbo a la espiritualidad es muchas veces atractivo, lleno de oportunidades de crecimiento, de auto conocimiento. Una mente ágil o un corazón sensible se ven automáticamente intrigados por conocer los misterios de la Divina Providencia. Tenemos una curiosidad intrínseca por los fantásticos fenómenos que reflejan la sabiduría Divina. Pero cuando experimentamos una elevación espiritual repentina, no gPhoto 26-06-12 13 15 30radual, el miedo invade nuestro ser, dominándonos completamente. El encuentro con la divinidad nos hace darnos cuenta, por un lado, de la infinitud de D´s y por otro, de la pequeñez de nuestro ser y la fragilidad de nuestra existencia.

“Cuando el hombre contempla Sus obras y creaciones grandiosas y maravillosas, vislumbrando por medio de ellas Su sabiduría inconmensurable e infinita, de inmediato Lo ama, Lo alaba y Lo glorifica, y es presa de un intenso anhelo por conocer ese gran D´s, como lo dijo David: “Mi alma está sedienta del D´s viviente” (Salmos 42:3). Y cuando reflexiona sobre la esencia de esos mismos asuntos, de inmediato se siente impulsado a retroceder, teme y comprende que él mismo es una pequeña y humilde criatura, como dijo David: “Cuando veo Tus cielos, obra de Tus manos… ¿Qué es el hombre para que Tú lo recuerdes?” (Salmos 8:4-5).” (Rambam Fundamientos de la Torá 2:2).

Cerca de un año después del episodio de la zarza ardiente, durante la entrega de la Torá en el Har Sinai, Moshe vive una situación muy parecida, pero esta vez reacciona diferente:

“Todo el pueblo vio las voces y las llamas, el sonido del shofar y la montaña humeante; y vio el pueblo y se desplazó y se paró a lo lejos.Le dijeron a Moshé: «Tú hPhoto 26-06-12 10 28 09áblanos y oiremos y que D´s no nos hable, no sea que muramos». Moshé le dijo al pueblo: «No temáis, pues a fin de elevaros ha venido D´s; para que el temor (reverencia) de Él esté en vuestros rostros, para que no pequéis». Y el pueblo se mantuvo a lo lejos y Moshé se acercó a la espesa nube donde se encontraba D´s.” (Shemot 20:18-21)

En esta ocasión, Moshe ya tiene un nivel muy elevado de cercanía con D´s. Desde la zarza ardiente hasta la entrega de la Torá en el Monte Sinaí, Moshe atravesó una larga jornada, culminando en este momento con la capacidad de “acercarse a la espesa nube donde se encuentra D´s”, sin miedos, al contrario, con un profundo entendimiento de D´s y de sus intenciones, lo que le posibilita encontrar argumentos para tranquilizar al pueblo e incentivarlos a que ellos también se acerquen.

Sin embargo, el pueblo de Israel no tuvo tal preparación, desde la salida de la esclavitud hasta el momento histórico de la magna revelación en el monte Sinaí pasaron solamente 49 días. Ellos se elevaron, indudablemente, pero en seguida vino el miedo “Tú háblanos” y luego la apatía “Y el pueblo se mantuvo a lo lejos”.  

“El creador del hombre y el que lo dirige, él lo hizo y lo formó listo para entender y profundizar un conocimiento más grande que de los ángeles celestiales … Pero la concretización de este bien está en sus manos, él (el ser humano) tiene la libertad de elección, hacerse sabio y conocedor o quedarse desnudo de cualquier sabiduría, aunque el corazón y el cerebro estén presentes en su cuerpo” (Rabi Moshe JPhoto 26-06-12 13 15 54aim Luzato, Derej Etz Jaim)

Seguir creciendo no solo exige cambios más profundos e intensos, sino que representa un encuentro más frontal con D´s. La naturaleza humana, en esta situación, es: “de inmediato se siente impulsado a retroceder” como fabulosamente describió el Rambam. El miedo nos invade, decimos a nosotros mismos “Ad Kan”, hasta ahí. Sin embargo, permítanme una pregunta:

¿Acaso somos sinceros al decirlo? La pregunta es doble:

1- ¿Acaso es verdad, que ya no tengo que crecer? ¿Acaso si se tratara de un negocio, me daría por satisfecho al llegar al 50 o incluso al 90% de mi capacidad? ¡Claro que no! Todos entendemos que hay que seguir, que todavía no llegamos a lo que podemos.

2- ¿Acaso es verdad que realmente ya no quiero crecer más? ¿Acaso sería yo igual de religioso en otras condiciones en que fuera más fácil seguir un modus vivendi judío? ¡Claro que no! Todos sabemos que hay que seguir, que todavía no llegamos a lo que queremos.

Las respuestas a la doble pregunta, están interligadas. Si estoy conciente de que, más allá del miedo al cambio, lo que realmente quiero es vivir de forma más intensa mi judaísmo, automáticamenPhoto 26-06-12 09 44 37te percibiré que lo puedo hacer, que las condiciones difíciles son factibles de cambiar (y de hecho, en muchas áreas ya han cambiado). Veamos con detenimiento la respuesta de Moshe al pueblo, que recuerdo, tenía el objetivo de motivar al mismo a que se acerque, a que se encuentre personalmente, sin intermediarios con D´s.

“No temáis, pues a fin de elevaros ha venido D´s”, En hebreo el verbo que la Tora usa para “elevar” es “nasot” que también significa “poner en prueba”. No es coincidencia que la Torá utilice una palabra de doble sentido. Esta es la forma que D´s usa para enseñarnos que dos conceptos están tan ligados hasta que se confunden. Lo que Moshe dice al pueblo es que la dificultad que ellos tienen de crecer no es más que una prueba, un desafío, y que el propio deseo de superarlo es el camino para la elevación.

Sin embargo, Moshe no logra convencer al pueblo. Por qué la respuesta de Moshe no obtuvo el resultado esperado?

Creo que la respuesta es que la dificultad no reside en entender que vivimos en una realidad de prueba y elevación, donde querer es poder. Sino que lo difícil, lo necesario para seguir creciendo, es lograr pensar “más allá que el miedo al cambio”. Quien lo hizo ya lo sabe. Cada quien en su nivel, aunque quiera y pueda crecer, en determinado momento se congela, el miedo al cambio lo invade y domina: “Y el pueblo se mantuvo a lo lejos”.

Cuando era adolescente oí una entrevista con Derek Ho, en aquél entonces famoso surfista hawaiano. El era conocido por enfrentar las olas más grandes del planeta y cuando lo preguntaron si no tenía miedo, contestó brillantemente: “Obvioderek-ho que tengo miedo, todos tenemos, es imposible estar en esta situación y no temer. Pero el miedo no es suficiente motivo para dejar de divertirnos”.

Estas palabras se quedaron guardadas en mi corazón, pues esta es exactamente la llave para avanzar espiritualmente. Es imposible crecer, encontrarse cara a cara con la divinidad, y no temer. La verdad es que todos podemos y queremos crecer, pero nos da miedo.

Recuerden siempre estas palabras: “el miedo no es suficiente motivo para dejar de divertirnos”. En momentos que sientas que su desarrollo espiritual y moral está atorado, que el seguir creciendo es demasiado difícil, recuerden estas palabras.

Las barreras que ahora les parecen imposibles transponer, no son más que la prueba verdadera y definitiva, pues el desafío final nada más es superarnos a nosotros mismos. Después de vencer las condisuperarciones técnicas que dificultan llevar una vida plenamente judía, nos daremos cuenta que el juego no ha terminado, todavía tenemos un reto más: vencer nuestro miedo y realmente cambiar en esencia y no solamente en acciones.

No escondo que esta etapa es sumamente difícil, lo contrario, afirmo, tal como enseñan nuestros sabios, que es imposible lograrla sin la ayuda de D´s. Pero la bondad de D´s es tan grande, que Él mismo no nos exige que logremos, todo lo que Él nos pide es que simplemente intentemos, que hagamos un esfuerzo sincero y verdadero, lo demás Él mismo se encarga, como está escrito:

“Y El Eterno, tu D´s circundará (desbloqueará) tu corazón y el corazón de tu descendencia, para que ames al Eterno, tu D´s, con todo tu corazón y con toda tu alma, a fin de que vivas” (Devarim 30:6).

Alabado sea nuestro D´s que nos entregó leyes justas y buenas que tienen por objetivo, no el bien de D´s, sino que brindarnos una vida plena, armoniosa y feliz: “A fin de que vivas”. Solo tenemos que vencer la barrera del miedo, nomás tenemos que esforzarnos, que superarnos, para disfrutar de todas las bendiciones y placeres de una vida plena.

“Hoy mismo convoco como testigos al cielo y la tierra, de que pongo delante de ti lair ao por do sol vida y la muerte, la bendición y la maldición. Elige la vida, para que vivas tú y tu descendencia. Amando al Eterno, tu D´s, obedeciendo su voz y adhiriéndose a El. Pues El es tu vida …” (Devarim 30:19-20).

¡Elige la Vida! Elige superar tus miedos y vivir el judaísmo integralmente, plenamente, de cuerpo y alma. Elige ser quien D´s te creó para que seas, no te contentes con menos, pues puedes lograr más.

 

 

Mira también los primeros artículos de la serie:

Anatomía espiritual I – La dicotomía del ser humano

Anatomía espiritual II – Momentos de elevación y de bajada

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