Shemot: La fuerza de nuestra Esencia

Parashat Shemot
Por Uriel Edery

En nuestra Parashá, Parashat Shemot resalta el concepto de los nombres. La Torá comienza el libro de Shemot recitando: “Y éstos son los nombres de los hijos de Israel que vinieron a Egipto con Iaakov; vino cada uno con su familia. Reubén, Shimón, Leví y Iehudá. Isajar, Zebulún y Biniamín. Dan y Naftalí, Gad y Asher”.

Estos versículos despertaron en nuestros Sabios cierto cuestionamiento. Como ya hemos explicado en artículos anteriores, sabemos que la Torá tiene una política de economía de palabras. Es decir, se utilizan solamente las palabras necesarias, evitando reiteraciones. Debido a esto, podemos y debemos preguntar qué necesidad tiene la Torá de relatar los nombres de los hijos de Yaakov, las sagradas Tribus de Israel, teniendo en cuenta que previamente en Parashat Vaigash (Bereshit 46, 8-27) se hizo un detallado análisis genealógico de los mismos.

Para poder responder a este cuestionamiento es necesario comprender cuál es el significado que tiene el nombre para cada individuo. Según las Sagradas Escrituras, el nombre representa y determina la esencia de cada criatura: cada ser llevará a cabo su misión en este mundo en base a las características personales desprendidas de su esencia, la cual es determinada por su propio nombre.

Para entender empíricamente este concepto podemos ayudarnos con un ejemplo de la vida cotidiana. Imaginémonos una situación en la cual un adulto juega con un niño y le pregunta “cómo te llamas?”. El niño responde de forma ingenua, “me llamo Daniel”. Ante esa respuesta el adulto le dice “no, vos no te llamás Daniel, vos te llamás Mijael”. Debido a su edad y desarrollo mental y sentimental, el niño no comprende que se trata de un juego y de forma automática entra en un sistema defensivo, a veces incluso hasta con un poco de enojo y dice “no! no!, yo no soy Mijael, yo soy Daniel!” Esto se debe a que cuando le quitan el nombre, siente que le están quitando lo que él es, su identidad, su esencia.

En el relato de la Torá de nuestra parashá, el pueblo de Israel se enfrenta ante uno de los momentos más delicados de su historia. Si bien el descenso a Egipto es solamente una parte de un largo proceso de redención que continúa con el recibimiento de la Torá y la entrada a la sagrada Tierra de Israel, tal descenso determinaba la exposición del pueblo a la impureza que Egipto representaba. Para poder sobrevivir ante tal amenaza espiritual era necesario tener las herramientas correctas. Nuestros sabios nos explican que gracias a cuatro cosas fueron los Hebreos redimidos de Egipto, siendo una de ellas el hecho que no modificaron sus nombres.

Según lo que analizamos anteriormente, podemos explicar que el mantener los nombres no es una simple acción, sino que al mantener sus nombres mantuvieron viva su identidad, su esencia. Y esa es la herramienta que ayudó al pueblo de Israel a mantenerse vivo a pesar de la impureza reinante en Egipto.

Ésta es la enseñanza de nuestra de Parashat Shemot, la Parashá de los Nombres. La clave para sobrevivir durante momentos oscuros, durante tiempos de cuestionamientos e amenazas de todo tipo, tanto en el Egipto de los faraones, como en los “Egiptos” de hoy en día, es aferrarse a nuestra profunda esencia, mantener firme nuestra identidad de forma auténtica e íntegra. Los nombres son nuestra esencia. Mantener nuestra esencia, nos permite redimirnos.

Shabat Shalom Umeboraj

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1 Comment

  1. Shavua tov! Muchas gracias por el artículo. Me pregunto por que en Shemot los nombres no aparece citado por el orden cronológico de su nacimiento, sino que primero cita a los hijos de Leahm. al de Rajel y luego a los hijos de las sirvientas…Lo he buscado en Rashi pero no he encontrado ninguna explicación…
    Gracias

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