Artículo: La máscara de la naturaleza

Dedicado a la elevación del alma de Gutman ben Mijael z¨l

Sólo podemos obtener acceso al mundo espiritual por medio de la máscara de lo físico. El mundo de la naturaleza oculta lo espiritual. Lo logra aparentando que es autosuficiente, avanzando en forma confiable a lo largo del mismo carril con una previsibilidad reconfortante. La diferencia entre la naturaleza y el milagro es que lo milagroso rompe el patrón esperado. Sin embargo, intrínsecamente un milagro no es más maravilloso que lo natural. La única diferencia es que estamos acostumbrados a una forma mientras que la otra es algo inesperado.

Estamos adormecidos hacia la insensibilidad por la rutina de la naturaleza. Damos por supuesto aquello con lo que estamos familiarizados. El vocablo hebreo para designar a la naturaleza es teva, cuya raíz significa “ahogar”. Si el mundo natural de causa y efecto no es estudiado de forma cuidadosa y perceptiva para descubrir sus pistas acerca sus fondos, ahoga la conciencia de lo espiritual.

Pero, el vocablo “teva” también es la raíz de la palabra “matbea”, que designa una moneda que lleva en su superficie una imagen estampada en relieve: el mundo es una imagen estampada de una realidad superior. Si estudiamos el mundo armados con el conocimiento de que éste refleja exactamente su fuente última, podremos percibir de forma consistente y segura los rasgos de esa última fuente.

La elección queda enteramente a cargo del observador: podemos mirar el mundo con los ojos cansados de la costumbre y solamente percibir lo mecánico, aquello que ahoga al espíritu, o podemos mirarlo con ojos de asombro y percibir la imagen de una realidad superior.

¡TuBishvat es su oportunidad de desvendar la máscara de la naturaleza!

Extraído de “La Mascara del Mundo”, Rabí Dr. Akiva Tatz

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