Shminí: ¿Qué podemos aprender de los animales Kosher?

Por el Rabino Ilan Rubinstein

“Estos son los animales que pueden comer entre los que hay sobre la tierra. Todo el que tiene pezuña partida y rumia pueden comer” (Vaykrá11:2,3).

Una de las distinciones más sobresalientes del pueblo de Israel es su especial dieta alimenticia.

La Torá establece los animales que son Kosher, aptos para ser ingeridos, y los que no lo son. En los mamíferos son necesarias dos condiciones:

1) Que sea rumiante, es decir, que tenga un sistema de estómagos que haga que el bolo alimenticio regrese a la boca donde es nuevamente masticado.

2) Que tenga la pezuña partida.

Todos los mamíferos que carecen de una señal o de ambas son prohibidos.

¿Qué nos quiere enseñar esta prohibición?

Como todos sabemos, Jaimito no es de esos niños convencionales, Jaimito es el estereotipo de los niños atrevidos e impredecibles. Cuando llegan los exámenes, estudiar suena demasiado conservador habiendo soluciones más creativas.

Jaimito se presenta al examen y sale contento con su rendimiento, contestó nueve de las diez preguntas. Cuando la profesora reparte las notas, Jaimito protesta: –Pero bueno, ¿Por qué me suspende a mí y le pone un sobresaliente a mi compañero, si los dos tuvimos nueve preguntas iguales en el examen? –Sí,Jaimito, la diferencia está en que tu compañero contestó en la décima pregunta “nosé” ,y tú pusiste “yo tampoco”.

El Rab Itzjak Yaakov Rabinowicz de Biala dice que estas señales simbolizan cualidades importantes en el hombre. El ser rumiante representa a los que son prudentes, que toman sus decisiones después de un extenso análisis,como el rumiante que mastica bien su comida y pasa varias etapas hasta digerirla por completo. El tener la pezuña partida simboliza el dar medio paso, ya que no apoya del todo el pie en la tierra y esto simboliza a los cautos que no danpasos completos evitando así el tropiezo y la caída.

Pero quien únicamente toma buenas decisiones le falta la otra mitad del camino y quien es cauto, pero aplica esta precaución sobre una decisión errónea de nada le servirá.

La prudencia y la precaución son dos grandes ayudas para el mejor desarrollo de nuestras vidas, debemos darnos el tiempo necesario para tomar decisiones correctas y ser cautos en su implementación no sea que podamos tropezar y fracasar. No nos vaya a pasar como Jaimito que por ser precipitados contestamos “yo tampoco”.

Vemos que, simbólicamente, también de los animales tenemos mucho que aprender.

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