Osnat Shor: A 10000Km Israel está más cerca que nunca

A más de 10000 km Israel está más cerca que nunca

Este mes queremos dar reconocimiento a una Mora muy especial. Si le preguntas qué es lo que la hace resaltar, quizás te dirá que es la manera chistosa en la que pronuncia la “J” y la “R” o los errores que comete al hablar español que hacen sus alumnos reír.

Sin embargo, si le preguntas a Damián Weber, coordinador del área de judaísmo del Colegio León Pinelo en Perú, te dirá que lo que hace resaltar a esta Mora es su enorme compromiso con los alumnos, su disposición a dar su tiempo para sentarse con un alumno después de clases o en sus momentos libres, su creatividad, su dedicación en sus planificaciones y el simple hecho es una gran compañera de tzevet. Esta es la Mora Osnat Shor de la escuela León Pinelo de Lima y es nuestro honor nombrarla Mora del mes.

Osnat muchas gracias por tu entrevista, es un verdadero placer. Escuché que creciste en un lugar especial y que tuviste una infancia interesante ¿Puedes contarme?

 

La playa de Eilat

Hola, Daniel. Tienes toda la razón, crecí en un lugar muy especial, en la cálida y hermosa ciudad de Eilat, desde que tenía dos meses. En casa éramos 5 hermanos. Mi mamá era maestra y mi papá economista. Mucho mar, mucho desierto poca televisión (había un solo canal). Había un solo liceo, ahí estudiamos todos, todos se conocían, todos se veían en el colegio y luego en el mar.

Cuando era adolescente participé en la Tnua (movimiento) Noar le Noar, que el voluntariado era uno de sus pilares. De esa manera me hice voluntaria en Maguen David Adom, lugar que se convirtió en mi segundo hogar.

Creciste en Israel, en Eilat y ahora vives en Lima Perú ¿que se siente vivir en la diáspora?

Te voy a explicar, Eilat es una ciudad laica y en aquel entonces con muy poca diversidad. Todos mis amigos eran judíos, la mayoría de los habitantes del barrio eran judíos, en la tienda solo encontrabas judíos y en la playa todos eran judíos. Luego, en el ejército todos eran judíos e inclusive en los estudios universitarios la mayoría eran judíos.

Cuando nos mudamos a Lima, de repente me dí cuenta de que los vecinos no son judíos, en la tienda no son judíos y varios de nuestros amigos no son judíos.

Por primer vez fui expuesta a lo que se siente ser una minoría. Al temor de que “quizás no entiendan” “quizás no van a respetar”.

Además, fui expuesta a mi falta de conocimiento sobre Medinat Israel.

No lo había pensado así, pero es muy cierto cuando vives en Israel todos a tu alrededor son judíos y no te sientes como una minoría. Lo que me interesa saber es ¿Acaso el vivir tan lejos y enseñar acerca de Israel cambió tu manera de cómo ves a ese país?

Sí, definitivamente ahora veo a Israel con otros ojos. Te explico cuando viví ahí la palabra “Patria” no tenía mucho significado, era simplemente parte de la clase de Educación Civil. El significado que tenía esta palabra para mi era muy superficial, una palabra sacada de un libro de estudios.

Mi labor en el colegio judío me dio la oportunidad y el mérito de darle a conocer a los chicos de la comunidad en Perú la vida en Israel, los retos que enfrenta el país y sus logros excepcionales. A través de esto fortalecemos sus lazos con Eretz Israel y su identidad judía.

No me vas a creer, pero, el vivir en una tierra ajena, tan lejana me acercaron a Israel. Me obligaron a profundizar mis conocimientos sobre la tierra, su historia y sobre mi identidad judía.

La palabra patria para mí se llenó de significado. Y estoy muy contenta por ello.

Es increíble pensar que el vivir a más de 10,000 km de Israel te hace sentir más cercana a ella. Para los judíos que viven en la diáspora el tener Israel es una fuente de orgullo, de seguridad y fortalece su identidad. A veces es necesario salir de Israel para entender lo importante que es y lo afortunados que somos por tenerla.

Estando en la diáspora ¿Cuál crees que es el papel que juegan los judíos que viven fuera de Israel?

En estos años me di cuenta de que la gran diferencia entre ser judío en Israel y ser judío en la diáspora, está en el papel que tenemos de hacer Hasbará (explicar la posición de Israel y difundir una imagen positiva de ella ante el mundo).  Continuamente necesitamos aclarar nuestra posición,es por eso por lo que debemos despertar en nosotros nuestra identidad y mantenernos conscientes de ella. En este sentido, para mí ser judío en la diáspora se ha convertido en una especie de misión.

Hasta este momento me contaste acerca de ser israelí en la diáspora. Ahora cuenta acerca de tu papel como Mora. ¿Cuándo decidiste ser Morá?

En realidad no hubo un momento específico en el cual decidí ser Mora. A mí siempre me fue claro que esta sería mi profesión. Comencé impartiendo clases en el curso de formación de paramédicos en el ejército. Al terminar el ejército estudié educación especial en “Seminar Hakibutzim” e hice un curso de dos años de facilitación de grupos en la universidad de “Bar Ilan”.

Durante el proceso de especialización trabajé en distintos colegios en un proyecto que se llama Karev, (Un programa de enriquecimiento en las escuelas) enseñé principalmente clases de cocina para primaria. Fue una experiencia increíble en la que aprendí mucho a través de dar de mí misma.

Cuando nos mudamos a Lima Perú, regresé al ámbito de la docencia  y comencé a trabajar en el Colegio “León Pinelo”, enseñando Hebreo y Judaísmo a los chicos de primaria.

Si no hubo un momento en el cual decidiste ser Morá, seguro hubieron personas que tuvieron mucha influencia en tu profesión ¿Puedes mencionar a las dos personas que más influyeron en tu profesión?

Durante mi trayecto como Mora conocí a muchos Morim y guías. De mucho de ellos aprendí algo ya sea grande o pequeño. De la gran mayoría quise y quiero aprender más. Sin embargo hay dos personas que me ayudaron a ser la maestra que soy hoy y a las que trato de seguir.

La primera es mi mamá, Elá Eyal. Ella es una maestra para la vida que educó muchos niños y únicamente ahora que soy mayor, me doy cuenta de que tenía mucha razón en mucho de lo que decía y hacía en el ámbito educativo.

La seguna es la señora Tova Shimon, la fundadora del programa Tal – Am para la enseñanza del hebreo.

Después de cada conversación con ella siento que soy una mejor persona, pregunto más y cuestiono más. Hacer que el alumno cuestione es el verdadero papel del educador.

Mencionaste que trabajas en el colegio León Pinelo, que me puedes contar acerca del colegio. ¿Qué tiene de especial?

 

Colegio León Pinelo en Lima, Perú

No conozco muchos colegios en la diáspora y no conozco muchas comunidades. Sin embargo,uno de los aspectos especiales del colegio León Pinelo es el sentimiento de pertenencia que siente toda la familia hacia el colegio. La mayoría de los padres y abuelos fueron alguna vez alumnos. Los profesores fueron maestros de los padres y por ende existe un lazo de confianza entre ellos.

Los padres asumen responsabilidades con frecuencia y participan en las actividades ya que para ellos el colegio no es una mera institución educativa sino una comunidad. En muchos casos el colegio es el lugar principal donde los alumnos experimentan su judaísmo y muchos padres lo agradecen.

Como madre y como Mora ver que el colegio funciona de esta manera es una experiencia especial y única

¿Cuáles son los retos que enfrentan los  morim Israelíes en los colegios judíos de la diáspora?

Ser Mora, en una comunidad judía en la diáspora implica muchos retos. Uno de los retos es enseñar la cultura israelí dentro de un entorno “muy no israelí” y esquivar con delicadez los obstáculos culturales: el tono de voz, qué palabras escoger, lenguaje corporal, que decir, cuándo y cómo.

Otro reto, es el saber que la definición de qué es ser judío, es algo complejo, no universal y definitivamente no inequívoco en la comunidad y en el salón de clases. Por lo tanto, el escoger las palabras los temas y el lenguaje es importante ya que influyen mucho en el ambiente del grupo.

¿Cuál ha sido el momento más emotivo de tu carrera?

Esa es verdaderamente una pregunta difícil, son muchas las ocasiones en las que salgo conmovida a punto de llorar del salón de clases. ¿Qué te puedo contar?

¿Acerca de una alumna que visitó por primera vez Israel y le pidió a sus padres ir a visitar todos los lugares de los cuales hablamos en la clase?

¿Acerca de un alumno con dificultades que cuando se enteró que al siguiente año iban a estudiar parte de los temas en inglés y no en hebreo se quejó y dijo: “Esto lo debemos de estudiar en hebreo le pertenece al pueblo judío”?

¿Acerca de un alumno que no sabía escribir en hebreo al terminar la primaria y cuando entró a la secundaria me dijo que estaba pensando inscribirse a un programa de hebreo avanzado para la matriculación?

Este trabajo es muy emocionante, es verdad hay muchos momentos desafiantes en los cuales me enfado, sin embargo, existen tantos momentos realmente emocionantes que son los que me dan la razón para levantarme cada mañana para realizar esta tarea.

‏¿Cuál ha sido el momento más chistoso de tu carrera?

En la clase hay muchos momentos chistosos, son momentos muy cortos, pasan como un rayo y se han convertido en un lenguaje no escrito.

Me río frecuentemente cuando hago un error de lenguaje, les enfatizo que todo aquel que está aprendiendo se equivoca. Por ejemplo a veces les quiero decir que paren todo lo que están haciendo y por error les digo “Parense” en ese momento se paran todos de su lugar y nos reímos.

Me encanta cuando todos estamos de buen humor y me imitan al decir las letras “R” y “J” en hebreo y español. Buscamos palabras con esas letras para seguir el momento.

Osnat te agradezco muchísimo por esta entrevista. Fue muy interesante para mí escuchar de tu experiencia como Mora Israelí en un colegio judío en la diáspora. Mi hizo pensar mucho acerca de mi perspectiva sobre Israel. Te felicito por tu labor y te deseo mucho éxito.

Imágenes:

Eilat por WebsThatSell licencia CC

 

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