Por: Dr. Yitzhak Calafi
Bemidbar 27:15-23 narra la investidura de Yehoshúah.
Moshé le pide al Eterno que designe a un hombre que dirija la congregación, que pueda llevarla, traerla y conducirla.
Este hombre será presentado ante el Cohen Gadol Eleazar a y a toda la congregación. Moshé le tendrá que conferir su cargo ante todo el pueblo, le otorgará su dignidad para que todo Am Israel le obedezca, y tendrá que pedir consejo al Cohen Gadol, y en caso de guerra que vaya delante de los soldados y que los pueda traer de nuevo a Eretz.
Am Israel estaba constituido por una federación de doce tribus, más los leviím, siendo las tribus menos numerosas las de Shimón, con 22.000 hombres en edad militar (mayores de 20 años), la de Leví, con 23.000 hombres (mayores de un mes) y la de Efraím con 32.500 hombres (mayores de 20 años), y la más numerosa, la de Yehudá, con 76.500 hombres mayores de 20 años [según el censo, en Bemidbar 26]. [1]
Aunque en la historia de la humanidad en toda federación la comunidad, tribu o país más potente y más numeroso es el que se impone ante el resto, en Israel el liderazgo político-militar recaerá en una de las tribus menos numerosa, Efraím, y Yehoshúa será el sucesor de Moshé. El liderazgo religioso recaerá en la tribu menos numerosa, Leví, menos numerosa porque aunque su censo es aparentemente superior al d
e Shimón, en aquel cuentan los bebés de más de un mes de edad, y en este (Shimón) se contabilizan los hombres a partir de 20 años de edad.
La federación de tribus, con sus príncipes a la cabeza de ellas, estarán gobernadas por un mando único en lo referente a lo político-militar, quedarán cohesionadas por las mismas leyes que se transmitirán de Moshé a Yehoshúah, y de este a Pinjás y los Jajamim, los 70 Ancianos. La justicia será impartida por jueces de diverso rango, desde los jueces de primera instancia, elegidos entre cada diez hombres, de cincuenta, de centenas y de millares, llagando a Moshé en última instancia, todos ellos hombres capaces, temerosos del Eterno, adictos a la verdad y enemigos del dinero mal habido. [2]
En la época que se forja la nación judía los diversos pueblos de la tierra estarán sometidos al despotismo, y aunque los israelím sólo habrán conocido Egipto, y el país que los esclavizó, en Am Israel se vislumbra una clara división de poderes, que se produce no en función de la fuerza numérica, sino que es aceptada por todo el pueblo, exceptuando Coraj y sus seguidores. Lo lógico y natural sociológicamente hablando, y confirmado a lo largo de la historia, hubiera sido que Am Israel hubiera incorporado en su sistema social-político-religioso el modelo egipcio con alguna variante irrelevante, como ha acontecido con todas las naciones que se han liberado de su yugo opresor en las que aquellas han reproducido y calcado el modelo de la sociedad de la que se liberaban.
La soberanía de Israel no se depositará en una tribu, ni en la élite del pueblo, ni en el pueblo en su conjunto, sino que recaerá en D-s. y no será como la tradicional “teocracia” cristiana de la Iglesia y Vaticano o de la República Islámica de Irán, en la que la elite religiosa detenta la mayor parte de la riqueza de la nación.
Am Israel conocía únicamente el modelo social-político-religioso egipcio por su larga permanencia en Egipto. Este era una monarquía absoluta, es decir, que estaba desempeñada por una sola persona, cuya voluntad era omnipotente. El faraón era considerado como hijo de los dioses y el representante del panteón de divinidades egipcio en la tierra, el amo absoluto de todos los hombres, y dueño de todas las tierras.
El faraón encarnaba al Estado y era la figura central de todo el sistema clasista egipcio, y los sacerdotes egipcios, los funcionarios del faraón. Todos los labradores trabajaban para el faraón. Vivían en pequeñas granjas concebidas por aquel, que explotaban bajo la vigilancia severa del capitán real. Del producto obtenido, se dividía en dos partes: una quedaba para el campesino, y la otra iba a los depósitos reales. Los artesanos y comerciantes, debían entregarle al faraón, una porción de sus ganancias.
El cohen, el sacerdote de Israel, no tendrá parte en la tierra, base fundamental de la riqueza en la época agraria. Serán los mismos cohanim y leviím los que aceptarán estas normas, lo que nunca aconteció ni ha pasado en la historia de la humanidad, que los líderes y las élites forjadoras y fundadoras de la nación no sólo no se apoderen de la mejor parte de la riqueza y controlen el poder, sino que acepten el derecho a la propiedad de la tierra, y tengan que vivir del diezmo del resto de la nación, y que cedan el poder político-militar (a Yehoshúa y los príncipes de la cada tribu de la federación), legislativo (Asamblea de los Setenta Ancianos) [3] y judicial (los jueces de millares, centenas, cincuentenas y decenas).
Los levíim, y cohanim, no tendrán parte en la repartición de la tierra, y esta misma será considera propiedad de D-s que da en usufructo a los hombres.
Inicialmente las funciones sacerdotales fueron dadas a los primogénitos de cada familia, hasta la erección del tabernáculo. La Mishná considera que la elección de los hijos de Aharón data del Har Sinái. [Zebahim, 19,4. Bejorot, 4b]
La transformación del sacerdocio fue paralela a la transformación de las familias en federación de tribus. Mientras sólo existían familias, la condición de sacerdote pertenecía al primogénito. En la propia familia de Yaacob, la dignidad de sacerdote habría debido corresponder a Reubén y sus descendientes, si el pecado no lo hubiese vuelto indigno de ella. Una vez excluido Reubén, la tribu de Leví ocupó su lugar.
El primogénito tenía que ser consagrado al Eterno, al igual que las primicias de los campos y de los árboles, y el de los animales era dedicado al altar. Israel está consagrado a D-s, es la primicia de Su cosecha. [4]
En el sacerdocio israelita, a diferencia de todas las otras religiones, el cohen, el sacerdote, es el enviado, el representante del pueblo ante el Eterno, no es el representante de D-s ante el pueblo. A ninguna familia de Am Israel se le ocurrió pretender que su primogénito era el representante de D-s, sino que era el miembro consagrado por la misma familia al culto de D-s.
En tiempos de Moshé quedará la distinción entre los poderes del estado, el ejecutivo, el legislativo y el judicial. Esta división ha regido las sociedades más avanzadas y libres, pero en Israel esto se ha conseguido miles de años antes que los otros pueblos. [5]
La teoría de la separación de poderes fue elaborada en el siglo XVIII de la EC, durante la Ilustración y participaron de su creación autores, como Alexander Hamilton, John Locke, Jean-Jacques Rousseau y Montesquieu, aunque este último fue el pensador fundamental para definir el término y su estructura. El barón Charles Louis de Secondat de Montesquieu en su obra “Del Espíritu de las Leyes” en la que se define el poder a la vez como función y como órgano. En la obra se describe la división de los Poderes del Estado en el poder legislativo, el ejecutivo y el judicial y se promueve que su titularidad se encargue respectivamente al Parlamento o Congreso, al Gobierno y los Tribunales de Justicia.
Y la mayor diferencia de la estructura social respectos a otros pueblos, es que además Israel tendrá profetas, la manifestación más elevada de Israel. Los profetas tendrán un carácter singular y potente, que escapará a cualquier coerción, tanto de la posterior monarquía, como de las élites o del mismo pueblo, y no estará sometida a cualquier reglamentación. El profetismo será superior a todas las instituciones.
El sacerdote es el depositario de la Ley escrita, que recibe de las propias manos del legislador y que proporcionará una copia al rey que estará obligado a conservarla y reflexionar. El profeta es prometido a Israel como sucesor de Moshé, el mayor de los profetas, para que interprete y enriquezca su obra. [6]
Mientras el sacerdocio, la realeza y la magistratura mantendrán la seguridad interna del estado, de la federación: el sacerdocio administrando la religión, la realeza salvaguardando los intereses de Israel, y la magistratura manteniendo la sociedad sobre sus cimientos legales, los profetas no dudarán en criticar al poder y al mismo pueblo, en aras de salvaguardar el mensaje divino.
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NOTAS
[1] http://es.wikipedia.org/wiki/Tribus_de_Israel
[2] Shemot 18:19-26
[3] Bemidbar 11:16-17
Origen de la Torá escrita y Torá oral (Talmud)
http://www.judaismovirtual.com/articulos/v.origen_talmud.php
[4] [Yirmiahu 2:3]
[5] http://es.wikipedia.org/wiki/Separaci%C3%B3n_de_poderes
[6] Bemidbar 12:6-8
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