Artículo: ¿Cuánto tiempo tiene el tiempo?

Por Dr. Yitzhak Calafi

Faltan horas para celebrar el Año Nuevo del calendario hebreo, Rosh HaShana 5778 que este año se inicia por la noche del domingo 16 de septiembre de 2012 de la EC

La concepción mítica característica de las culturas antiguas, como la de los egipcios, incas, mayas, hopis, y otras tribus indígenas, además de los babilonios, griegos antiguos, hinduistas, budistas, el jainismo, y otras culturas, contempla la “rueda de tiempo”, que considera el mismo como cíclico o circular, (re)produciéndose una repetición incesante de edades y de entes, de nacimiento y extinción. Am Israel vivió largo tiempo en Egipto, por lo que contacto con la cosmogonía egipcia de la rueda del tiempo que lleva a una concepción fatalista y determinista de la vida, en la que “hágase lo que se haga, todo se repetirá”, lo que anula el libre albedrío como consecuencia final.

El tiempo cíclico en el Antiguo Egipto

De manera cíclica se suceden el día y la noche, y cada día el sol sale por el oriente, esto llevará al egipcio (del Antiguo Egipto) a pensar que el dios solar Re es parido en su forma del escarabajo Jepri (“el acontecer”) por la diosa del cielo Nut y navega por el Cielo Superior en su barca diurna. Re sale de la vagina de Nut, que es la parte oriental del cielo. Y cada anochecer el sol se pone por occidente como Re es engullido por la boca de Nut, que está al oeste, y navega en su forma de Atum (“el no diferenciado”) por el cielo inferior, es decir, el Mundo Inferior, en su barca nocturna. Y este proceso se repite “eternamente”. Como también Nut devora y da a luz diariamente al resto de astros, identificados con dioses y difuntos. [1] En la cosmogonía del Antiguo Egipto hay un constante retorno al Sep Tepy, el Primer Tiempo, una edad primigenia de oro de los dioses, el momento en que el Cosmos y el Mundo empezaron a existir, precedente a la aparición del resto, y es éste Sep Tepy el que dota de significado a los hechos y a la vida. La vida del hombre no es más que la repetición ininterrumpida de gestas y actos realizados por otros en el Primer Tiempo.

El Tiempo es cíclico. No existe en la cosmogonía egipcia una sucesión cronológica de los hechos singulares, los actos que realizamos y que vivimos son actualizaciones de arquetipos primordiales, “lo que se hace ya se hizo”. En todo hay un orden predeterminado, predestinado, en el que rol del faraón consistirá en mantener el Maat, la Armonía Cósmica que impera en el mundo desde su origen y que es necesario conservar. El Faraón, como “Suprema Encarnación de la Justicia Humana y Divina”, y como” dios encarnado” debía encargarse tanto de propiciar el predominio del Maat, la Armonía Cósmica, como de obrar por la prosperidad y bienestar de su pueblo, y a través de los grandes rituales religiosos, lo que esto aseguraba el Maat.

El mundo estaba gobernado por dos contrarios antagónicos, siendo el Faraón quien reconciliaba las fuerzas divinas y de la naturaleza en conflicto, los opuestos cósmicos complementarios, el orden y el caos, garantizando un orden témporo-espacial cíclico inmutable. [2] El egipcio percibía su vida como una repetición de los arquetipos, y aquello que no se ajustase al Maat era considerado irrelevante e insignificante. El tiempo profano era desechado, no se le daba importancia porque el operativo era el tiempo sagrado de los mitos y la eterna repetición de los arquetipos. Para el antiguo egipcio la muerte es un estado transitorio donde las fuerzas del caos vencen momentáneamente y que llevará al difunto a una regeneración de su vida en el Más Allá. Cada miembro de la sociedad egipcia de alguna manera era responsable en mantener el Orden Divino, el Maat, después de su muerte el ser humano debía ser capaz de estar delante de Osiris, el dios de los muertos, y del resto del Panteón y del Estado, y si había mantenido el Maat se le aceptaba en el Más Allá, y si no, era destruido.

El tiempo cíclico en la Antigua Grecia

“Aquiles asedió Troya de nuevo; las mismas religiones, las mismas ceremonias renacerán; la historia humana se repite; nada es que no haya sido ya”. (Lucilio Vanini, Sobre los secretos de la Naturaleza)

Según Platón “el tiempo es la imagen móvil de lo eterno”, por lo tanto al expresarse en éstos términos podemos entender que no lo concebía como una dimensión estática y meramente objetiva. Platón recoge las ideas de otro gran filósofo, Parménides, pues las fuentes de su formación fueron las mismas: las antiguas Escuelas de Misterios. Admiten ambos por lo tanto la existencia de la eternidad, aunque ella está en relación con el «ser» o la esencia de los seres y objetos, en tanto que «la apariencia» de los mismos está en relación con el mundo de lo «temporal». El ser pertenece al mundo de las ideas, en tanto que nosotros tan sólo captamos las apariencias de las cosas, su existencia en el mundo sensible o manifestado.

Para Platón el tiempo es una imagen móvil de la eternidad, imita la eternidad y se desarrolla en círculo (concepción cíclica del tiempo) según el número. Considera que el tiempo nace con el cielo, y el movimiento de los astros mide el tiempo. Así, lo que es, es una participación en el Ser según el tiempo. En la medida en que el conocimiento verdadero nos permite conocer las Ideas inmutables y eternas, la palabra que las designa es una representación de la eternidad en el tiempo. La concepción platónica, pues, hace depender no sólo el mundo físico del mundo de las ideas, sino que, coherentemente con esto, hace depender el tiempo de la eternidad. Al relegar Platón el tiempo del devenir de las cosas al despreciado plano de lo sensible, de lo no plenamente real, y al afirmar el carácter eterno del mundo ideal, con frecuencia

se lo sitúa, a este respecto, en línea de continuidad con Parménides. [3]

Aristóteles suprime la distinción entre la realidad y la apariencia del tiempo: para él no tiene sentido explicar la physis a través de algo que está más allá de ella. De ahí que la eternidad de la que habla Platón pase a corresponderse con el suceder del tiempo susceptible de percepción. Ahora bien, lo que da lugar a la percepción del tiempo es el movimiento, de modo que el tiempo no puede concebirse sino como algo consustancial al mismo. Aristóteles en Física, 217b-219a y Metafísica IV:11 vincula el tiempo al movimiento, pero lo separa de éste, ya que un movimiento puede ser rápido o lento, mientras que esto no tiene sentido decirlo del tiempo, ya que la rapidez o lentitud lo son respecto de él. El tiempo, dice, es algo que pertenece al movimiento, es el número del movimiento según lo anterior-posterior. Con el aristotelismo nace una nueva concepción del tiempo, pues pasa de ser considerado un efecto de los acontecimientos (son estos los que lo delimitan) a ser el marco infinito previamente dado que los contiene y que podemos considerar, por tanto, que forma parte de la explicación que a priori puede darse de la physis, del movimiento.

En definitiva, Aristóteles acaba por concebir el tiempo como el movimiento total e infinito, eterno, como marco en el que los acontecimientos particulares, finitos, pasan a poder ser concebidos como partes. Dicha concepción aristotélica es la que está en la base de las dos grandes formas de interpretar el tiempo: 1) una lo enfoca desde una perspectiva física (el tiempo como medida del movimiento) y la otra, 2) desde una perspectiva psicológica (no habría tiempo sin un alma que midiera o, lo que es lo mismo, no habría propiamente tiempo sin conciencia).

Por su parte, los estoicos insistieron en el carácter cíclico del tiempo a partir de su concepción del Gran Año Cósmico que culmina en la ecpirosis -catástrofe que cierra el final de un ciclo-, para volver a recomenzar indefinidamente en un Eterno Retorno, idea retomada por Friedrich Nietzsche.

El tiempo en E. Kant

El tiempo, para Emmanuel Kant, es una intuición pura o una forma a priori, trascendental de la sensibilidad, y constituye (junto con el espacio) la forma de toda percepción posible desde el punto de vista de la sensibilidad, así como la base intuitiva de las categorías. Es trascendentalmente ideal y empíricamente real, como condición de objetividad. [4]

El tiempo en el judaísmo

El concepto de creación ex nihilo en el judaísmo impide creer en la posibilidad de un tiempo cíclico, la Creación y la futura venida del Mesías son hechos irrepetibles.

El Universo no es eterno, sólo D-s lo es, Ehieh asher ehieh, [Shemot 3:14], Él es el que Existe Siempre, pues nada puede perdurar excepto D-s o por el nombre de D-s y por eso Su Nombre es Ehieh ya que solamente Él existe para la eternidad.

D-s es Kadosh, Kadosh, Kadosh, lo que implica que está separado de la materia, es inmaterial, separado del espacio, por lo que es infinito, y separado del tiempo, por lo que es eterno. [5]

El D-s de Israel es increado: “Antes de Mí no había ningún D-s formado, ni lo habrá después de Mí” [ Yeshayahu 43:10]. “Yo soy el primero, y Yo soy el último, y aparte de Mí no hay D-s” [Yeshayahu 44:6].

Sólo de Él obtienen las cosas su existencia, y Él mismo no le debe la suya a nadie. Todas las cosas del Universo envejecen, pero Él, por el contrario, es y sigue siendo el mismo eternamente, como dijo el salmista hace más de tres mil años: Desde antiguo Tú pusiste los basamentos de la tierra, y los cielos son la obra de Tus manos. Ellos perecerán, pero Tú perdurarás. Sí, todos ellos se gastarán como una vestidura. Como tal Tú los cambiarás, y ellos pasarán. Como tal Tú los cambiarás, y ellos pasarán. Pero Tú eres siempre el mismo, y Tus años no tienen fin. [Tehilim 102:26-28]

El D-s de Israel es Uno, en el Shemá, “Escucha, Israel, el Eterno nuestro D-s, el Eterno es Uno” significa que D-s es en sí mismo absolutamente simple, sin composición ni multiplicidad de ninguna clase, sin pluralidad de sustancias. D-s es Kadosh, Kadosh, Kadosh. [Yeshayahu 6:3]

Santo significa apartado, separado, apartado de la materia, del espacio y del tiempo, D-s es inmaterial, infinito y eterno. El cielo y el cielo de los cielos no lo pueden contener [1 Melajim 8:27. 2 Divrei Hayamim 6:18]

D-s ha creado la materia, el tiempo, el espacio, el Universo y al hombre, y cada uno de nosotros tenemos libre albedrío, y somos nosotros, únicamente cada uno de nosotros, los responsables de nuestros propios actos, no hay un Eterno Retorno que nos permita abandonarnos moralmente y dejarnos llevar, creyendo que hagamos lo que hagamos se repetirá a lo largo de la eternidad. El hombre no es coeterno con D-s., es una creación del Eterno, que en Rosh Hashaná toma nuevamente conciencia de que fue creado y a Él tiene que rendir cuentas, Él es el Juez Supremo y Padre Misericordioso. [6]

NOTAS

[1] Pero esta imagen del dios solar en su viaje nocturno también es representada como su recorrido por el interior del cuerpo de la diosa del cielo Nut, que en la iconografía aparece como una mujer arqueada llena de estrellas (cielo nocturno) o una vaca celeste, Hathor o Mehet-Uaret. La imagen de la vaca como madre de los astros se relaciona con el concepto de procreación ligado al ganado, el sol es el “toro del cielo” que engendra diariamente a Nut-Hathor, la “vaca celeste”, el cielo, que pare al sol cada mañana. Es un proceso cíclico, eterno., Nut, como la inundación anual, se identifica en esta imagen con el Nun del que sale el sol diariamente como la primera vez. El viaje nocturno de Re se explica, entre otras imágenes, como un recorrido en barca por los caminos de agua del inframundo y a la vez como su transitar por el cuerpo de la diosa celeste. Ambas imágenes se complementan y hacen más completa tal explicación.

[2] The Concept of the Egyptian Sep Tepy

Written by: Michelle Belanger

http://www.kheperu.org/other/other7.html

http://www.sarasuati.com/concepciones-del-tiempo-del-pasado-y-del-poder-en-el-antiguo-egipto-1%C2%AA-parte/

http://www.sarasuati.com/concepciones-del-tiempo-del-pasado-y-del-poder-en-el-antiguo-egipto-2%C2%AA-parte/

http://books.google.es/books?id=D1U36cyU6LkC&pg=PA305&lpg=PA305&dq=sep+tepy&source=bl&ots=34OYr7EAYo&sig=9BBdm-5gNEHVMUB4TFi_mTc6Ets&hl=es#v=onepage&q=sep%20tepy&f=false

The Egyptian creation; The unusual sexual relations of the Sky Goddess; Kingship of her son Osiris, his murder by his brother Seth; The adventures of Isis as a widow;

The miraculous birth of her son, Horus

http://www.horemheb.com/isis_and_osiris.html

[3] http://www.pensament.com/tiempofilosofiaantigua.htm

http://cura.free.fr/esp/27tiempo.html

[4] Crítica de la Razón Pura, Estética Trascendental 1, § 6, B 50-B 52, Prolegómenos a toda metafísica futura, §10, Crítica de la razón pura. Analogías de la experiencia, segunda analogía

[5] http://centrokehila.wordpress.com/2012/01/12/la-innovacin-teolgica-del-judasmo/

[6]Los judíos celebramos Rosh Hashaná (el comienzo del año), en el día en que la Torá considera que fue la creación del hombre, de acuerdo con su cálculo literal, el primer día del mes hebreo Tishrei, que este año 2012 de la EC cae en la víspera del domingo 16 de septiembre.

El shofár se toca durante la plegaria matutina. El sonido de este cuerno, casi siempre de carnero, llama a los judíos a la meditación, al autoanálisis y al arrepentimiento. Es el primero de los días de arrepentimiento e introspección, de balance de los actos y de las acciones realizadas, de plegaria y sensibilidad especiales (Aseret Yemei Teshuva) que terminan con el Yom Kippur (Día del Perdón).

http://www.aishlatino.com/e/cdv/48420657.html

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