Drasha para Jupa Torani

Al final del Sefer Shemot, D´s ordena la construcción del Mishkan, el santuario para su morada. El santuario no es un Beit Hakneset, sino que el modelo de un hogar repleto de santidad, amor y armonía: “Ve asu li mikdash ve shajanti betojam”. El objetivo es traer la presencia divina “betojeinu”, dentro de nosotros, en nuestras vidas, en nuestros hogares.

D´s elige no solo la estructura y dimensiones de Su casa, ¡sino que también los muebles! cuatro en total:  La mesa, la Menora, el altar y el arca con las tablas de la ley. Cada uno de los muebles simboliza uno de los pilares necesarios para edificar un hogar judío.

La mesa para el pan simboliza la Parnasá, el sustento, la abundancia que deseamos llene vuestro hogar. Pero recuerden, … y …, el ejemplo de que tantas veces fuimos testigos, tanto de vuestros abuelos …, como de vuestros padres, nuestros queridos … : la Parnasá es solo un medio, nunca un objetivo en sí mismo!

La Menora representa el conocimiento, el crecimiento intelectual, la sabiduría y consejo. Para crecer como matrimonio, para vencer los desafíos que la vida nos presenta, necesitamos un guía, una luz que ilumine nuestro camino, la luz de la Menora, la luz de la Tora: “Ki ner mitzva ve Tora or”!

El Altar nos enseña no solo la importancia de la espiritualidad, de elevarse por encima de lo material y hasta de lo intelectual, sino que a diferencia de la tefila que se puede ver como un diálogo, el Altar representa la entrega. La sublimación de nuestros deseos, de nuestro egoísmo que se “queman”, por medio de la entrega, dando espacio al respeto, aprecio y por fin al verdadero amor. El amor que ustedes dos, … y  … sienten en este exacto instante, el amor incondicional que con su esfuerzo y la bendición de D´s, deseamos los acompañará por todos los días de su vida.

Por fin, bien guardado en el Kodesh Hakodashim, el santo santísimo, queda el arca que contiene las Lujot Haberit, las tablas del pacto. Más importante que el bien estar material, del desarrollo intelectual y hasta mismo del amor, en el corazón del santuario, en el centro de la vida matrimonial, se encuentra el pacto! El compromiso inquebrantable que ustedes dos —- y …, asumen en esta vuestra jupá. El sustento, crecimiento y amor quedan en el “Kodesh”, el compromiso en el “Kodesh Hakodashim”. Pues es el compromiso la verdadera fuente de bendición. Donde hay compromiso, hay crecimiento, hay entrega, hay amor. Donde hay compromiso está la presencia divina.

Rogamos la bendición de aquel que bendijo a la primera pareja en el Gán Eden con amor, hermandad, paz y amistad, que bendiga también a esta nueva pareja, este nuevo hogar, con la comodidad de una buena parnasá, que los ilumine y guie, que instaure entre ellos el deseo de dar, de amar sin limites ni condiciones. Que sea vuestro hogar, morada permanente de la presencia divina, del respeto, amor y amistad.

Mazal Tov.

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