5 Consejos para una vida feliz – parte II

3 – No te enojes

El enojo es la fuerza más destructiva que existe, por eso, el tercer consejo es talvez el más dificil, pero al mismo tiempo el más poderoso de todos los consejos para una vida feliz.

En general las situaciones en la cuales nos enojamos se dan con la gente que más queremos y que más nos quiere. Si la persona que en general me quiere me está gritando u ofendiendo, esto significa que ella siente un dolor que lo está exteriorizando de forma negativa. No escuches las ofensas, sino que intenta entender cual es la fuente del dolor.

Baja la cabeza, cállate y humildemente escucha a la otra persona hasta que termine todo lo que tiene para decir. Cuando tomes la palabra, habla en un tono bajo y tranquilo. No mires a la persona a los ojos mientras escuchas o hablas, pues muchas veces la simple mirada funciona como un “transmisor” de enojo.

No es fácil pero, una vez que se vuelva un hábito, tu vida estará llena de alegría, paz y amor.

 4 – Ten ideales y lucha por ellos

Dedica un fin de semana a contestar las preguntas fundamentales: Cuál es mi misión en este mundo? Debes mirar más allá de ti mismo y también mirar más arriba de ti mismo. ¿Cuál es el rol que debes asumir en el mundo? ¿Qué papel debes jugar en el drama histórico del pueblo judío? ¿Cómo puedes realizarte a ti mismo y vivir una vida que sea lo mas perfecta y significativa posible? No se trata de descubrir el sentido cósmico de la existencia humana, sino simplemente concienciarse de mi misión personal en esta vida presente.

Tener ideales en la vida y actuar según ellos constituye la más honda expresión de ti mismo. Cuando empieces a vivir como parte de una realidad más grande y simultáneamente descubras tu individualidad en esta grandiosa realidad, entonces empezarás a caminar por el largo camino que conduce a la verdadera grandeza.

El valor de la vida reside en los valores por los cuales se vive.

5 – Busca el crecimiento contínuo

Tal como los músculos, un espíritu inactivo se atrofia. El que no crece, de hecho, decrece! Recuerda que tu crecimiento personal es directamente proporcional al esfuerzo que ejerces. 

Cuando haces interna una actitud positiva hacia el cambio, te sientes motivado a hacer mejoras en tu comportamiento y en tu carácter. Los niños se sienten muy felices cuando ven que están mejorando en un juego o en una habilidad que es importante para ellos. Hasta nosotros nos alegramos cuando logramos un nuevo record en un juego por Internet. Es una energía muy intensa que nos lleva en ocasiones a saltar o gritar de alegría! Pero es tan efímera como vana.

Aprende a desarrollar la misma alegría cuando te superes en el desarrollo del carácter. ¿Qué mejoraste recientemente para que ahora puedas sentir alegría? Cuando te des cuenta de tus avances, de las acciones y actitudes positivas que incorporaste a tu vida, o de las cosas negativas que eliminaste de tu ser o hacer, inmediatamente te invade una satisfacción y paz interior que te llena de fuerzas para seguir creciendo.

 

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